“El lince ibérico está en un momento muy delicado. Es realmente una especie que está al borde la extinción. Quedan entre 100 y 200 ejemplares. Poquísimos. No tienen comida porque hay pocos conejos donde viven. Además, les atropellan con facilidad. La situación objetiva es muy mala. Lo cierto, en el lado optimista, es que nunca se han juntado tantos esfuerzos y se está intentando conservarlo. En esta lucha están inmersa la Unión Europa, España, Portugal…”
El lince ibérico se declaró especie protegida en 1966. Es el felino más amenazado del mundo. De las 31 zonas en las que habitaba el lince en 1960, solamente quedan linces en 8. La evolución de la distribución de la especie ha sido claramente regresiva. Sólo en puntos muy concretos parece que la especie se ha mantenido en buen estado. El lince ha ido perdiendo territorio debido generalmente a las infraestructuras humanas, y por tanto las poblaciones se han ido separando paunatinamente unas de otras hasta llegar a estar totalmente incomuncadas, fragmentadas y aisladas por barreras de distintos tipos que impiden el intercambio genético entre poblaciones. Éste es uno de los problemas actuales más importantes para la conservación de la especie. Además de la fragmentación de las poblaciones, se enfrenta a otros problemas, como los siguientes: El descenso de las poblaciones de conejo por enfermedades como la mixomatosis o la neumonía hemorrágico-vírica. La pérdida de su hábitat, típicamente de zonas de cobertura vegetal densa y baja densidad humana, a la que han afectado también las repoblaciones con especies de crecimiento rápido (pino, eucalipto) que evitan la proliferación de matorral, así como la ganadería intensiva con la consiguiente sobre-explotación del estrato herbáceo, que limita las poblaciones de conejos. La caza indirecta y los métodos no selectivos de caza, como los cepos y lazos.
Alteración y destrucción de su hábitat Fragmentación de sus poblaciones, con los problemas demográficos y genéticos asociados. Disminución de la disponibilidad del conejo. Factores de mortalidad no natural: atropellos, furtivismo, lazos y cepos. Insuficiente información y concienciación social Insuficiente conocimiento sobre abundancia y distribución del Lince Ibérico necesario para el diseño y adopción de medidas de conservación.
Alteración y destrucción de su hábitat Fragmentación de sus poblaciones, con los problemas demográficos y genéticos asociados. Disminución de la disponibilidad del conejo. Factores de mortalidad no natural: atropellos, furtivismo, lazos y cepos. Insuficiente información y concienciación social Insuficiente conocimiento sobre abundancia y distribución del Lince Ibérico necesario para el diseño y adopción de medidas de conservación.
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