De este modo, y en base a un programa de cooperación entre los dos países, se pretende reintroducir al lince ibérico en Portugal para evitar la merma de ejemplares y por consiguiente, el riesgo total de la desaparición de esta especie mediterránea. Por su parte, el Centro de cria de La Olivilla, Jaén, aportará también 4 ejemplares más a partir del 30 de Octubre hasta un total de 16. Portugal se compromete con este acuerdo a enviar informes detallados sobre el estado de salud y la evolución de los linces ibéricos trasladados hasta sus centros. Asimismo la Estrategia Nacional para la conservación del lince ibérico, aprobada por la Conferencia Sectorial del Medio Ambiente en el 2008, pretende que en el año próximo las diferentes comunidades autónomas vinculadas históricamente a la figura de este magnífico animal habiliten zonas apropiadas para la reintroducción de nuevas camadas. Se estima que puedan quedar en torno al centenar de ejemplares en nuestro país, si bien recientes estudios llevados a cabo por la Comunidad Autónoma de Andalucía arrojaban un dato esclarecedor a la par que sobrecogedor: alrededor de 200 tan sólo. Es el lince ibérico un animal un tanto inaccesible y por tanto difícil de estudiar. Sus hábitos nocturnos y su capacidad para el sigilo le hacen pasar inadvertido entre los matorrales de los montes, por donde se mueve a su antojo, perfectamente camuflado gracias a su pelaje moteado y dorado que se confunde con el entorno.
Localizar su rastro, a modo de huellas o excrementos, es tarea también compleja, pues el lince ibérico se mueve a menudo por zonas de pedregales que imposibilitan la detección de rastros. Su alimento predilecto y objetivo principal en sus cacerías nocturnas es el conejo. Se pueden diferenciar sin titubeos tres motivos o razones que han arrastrado al lince ibérico hasta la franja delicada y frágil de la extinción: -La progresiva e irrefrenable destrucción o deterioro de sus hábitats. Ello inevitablemente conlleva a la merma considerable en el número de presas como el conejo, base fundamental de su alimentación. Como tercer punto a considerar en su dramática situación actual encontramos también las muertes no naturales. Muchos linces ibéricos han sido hallados muertos en medio de caminos rurales, carreteras o arcenes de autopistas a consecuencia de atropellos.
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